El personaje del mes de abril que accede a descubrirnos #lamevatarragona, en este caso su Tarragona, trabaja en una gestoría y ha sido guitarrista de una de las bandas míticas de la ciudad, los Mi-te’ls. Nos cita en la plaza del Esperidió. Primera pista. Y definitiva. La plaza que da nombre a este mítico casteller tarraconense (Jaume Tarragó i Plana) del siglo XIX, que subió al quatre de nou que la Colla Vella de los Xiquets de Valls levantó los pies de la Catedral de Tarragona para las fiestas de Santa Tecla de 1881, es uno de los espacios más íntimos y personales de Albert Grau Valls, casteller de la Colla Jove Xiquets de Tarragona.
«El primer lugar que he escogido es aquí, en la plaza del Esperidió, en lo alto de la calle Cós del Bou, junto a la cabecera del Circo romano. Y la he elegido porque es un lugar donde he crecido y me he hecho mayor. Evidentemente, es el lugar donde está el local de la Colla Jove y desde los años 80 que vengo. He visto la transformación del barrio, de la calle, y siempre que vengo me siento como en casa. Yo creo que si hay un lugar que de alguna manera me define y en el que la gente me relaciona sería esta esquina de calle Cós del Bou, la plaza de l’Esperidió y la Baixada de Peixateria, que de alguna manera resume la historia del fet casteller de la ciudad. Me siento como en casa«.
El segundo lugar que nos fotografía Albert es el paseo marítimo de la Arrabassada. «El mar para mí es vital. Y el paseo de la Arrabassada es un lugar por el que la gente que solemos salir a correr o hacer deporte hemos pasado miles de veces. Es fantástico ver, desde aquí, como sale o se pone el sol. Correr al lado del mar es fantástico y las vistas que tiene de la ciudad, con los colores en las puestas de sol, me reporta a lugares donde, si tuviéramos que viajar y recorrer 10.000 kilómetros para verlos, nos caería la baba. Y eso lo tenemos en casa«.
El tercer lugar es otro espacio histórico de la ciudad vinculado a los castells, la plaza de las Cols. Albert, sin embargo, nos lleva a un rincón concreto del recinto. «He elegido esta esquina del Gallo Morón que es donde la gente que sube en los castells se reúne antes de cada actuación. Cuando era el cap de colla (jefe) también tomábamos aquí las decisiones… Es un lugar donde hay mucha tensión, donde pasamos nervios, donde expresamos alegrías y también lloramos, y esto, junto con la mística histórica de la plaza, que es donde se levantaron los grandes castells en el siglo XIX, hace que sea un lugar que emocione sólo con pasar por él«.
Para cerrar el círculo pedimos a Albert hacer la sesión de fotos en el local donde se ha hecho grande y que nos exprese con palabras qué le dicen estas cuatro paredes. «El local de la Colla Jove es un lugar que está puesto dentro del Casco Antiguo de la ciudad. Originalmente era el mercado del pescado. Estamos en el lado derecho de la calle Major, que había sido la zona de los pescadores. Antes, las barcas amarraban aquí abajo, en el Miracle, no en el puerto, que entonces aún no existía como tal. Y cuando venían las colles a hacer castells, los pescadores se quedaban en el lado derecho de la calle mientras que los payeses se situaban en el lado izquierdo de la calle Major. Luego fue sede de los bomberos y más tarde estuvo unos años abandonado hasta que, hacia los años 80, el Ayuntamiento nos los cedió. Aquí hemos ensayado castells de 6, de 7, de 8, de 9 y ahora de 10, y he tenido la suerte de participar en todos ellos. Es mi casa. Es donde me he hecho casteller, cap de colla, presidente… Conozco todos los rincones del recinto, cuando era joven y hacía chiquilladas, y ahora que tengo un poco más de cordura«.
Texto: Ivan Rodon (@irodon en Twitter / @irodon en Instagram)
Fotografías: Pere Toda (@ptodaserra en Instagram)
Video: Artur Santos (@artur_1983 en Twitter)
