Marc Pedraza, bailarín y líder de la comparsa de Carnaval Nou Ritme: 'El Carnaval es la gran boda de Tarragona'

Marc Pedraza / ©Rafael López-Monné

El Rey viste de pluma en Tarragona. Desde la recuperación popular de la fiesta a principios de los años ochenta, el Carnaval en la ciudad se ha convertido en una de las celebraciones en la calle más emblemáticas en Catalunya, un cóctel ritual donde conviven el carácter más provocativo, gamberro e irreverente de la celebración tradicional, con la filigrana textil, el lucimiento y el glamour más fantasista de las grandes coreografías. Marc Pedraza, bailarín profesional y carnavalero de pro, identifica el lado más espectacular del sarao que toca la fibra farandulera de los tarraconenses. Profesional del ritmo, la rumba y el chachachá, Marc quedó magnetizado hace ocho años por la magia de los desfiles. Y en 2013 ejerció con toda pompa como Rey del Carnaval.

Marc Pedraza / ©Rafael L—ópez-MonnŽé

Tarragona no tiene sambódromo: tiene ramblas. Carrozas, disfraces, confeti y ritmo, mucho ritmo musical sacan cada año a miles de personas en el centro de la ciudad, en una farra pletórica de simbolismo, que arraiga en el carácter latino de Tarragona y que tiene su origen en antiguas celebraciones paganas. De la glamorosa Rua de Artesanía a la alocada Baixada del Pajaritu, de las soluciones alcohólicas del Doctor Mistela al fuego expiatorio de la Bota, el Carnaval de Tarragona engancha. Y si no, pregúntenselo a Marc Pedraza, que a sus 24 años ha aparcado su carrera como bailarín de salón y ha hecho de esta fiesta ciudadana su modo de vida. En su escuela de baile, Nou Ritme, se preparan durante todo el año los trajes y las coreografías que los días de celebración lucirán una sesenta personas con la comparsa del mismo nombre.

Marc Pedraza / ©Rafael L—ópez-MonnéŽ

De carácter exigente y muy competitivo, Pedraza es pese a su juventud el líder de los suyos, el referente indiscutible, el mesías de Nou Ritme. Su criterio artístico llevó a ésta a ser la elegida para organizar el cortejo del Rey Carnaval en 2013, y él mismo tuvo el honor de ser Rey del Carnaval. Con la ayuda de un estrecho equipo de colaboradores, Marc crea los espectáculos, confecciona los trajes y dirige los ensayos de un grupo muy heterogéneo, tanto por la edad como por la procedencia social, pero al que une la pasión por las desfiles. «El Carnaval es la gran boda de Tarragona. Todo el mundo quiere sentirse guapo y especial. Mi objetivo es hacerlo posible, que la gente disfrute«, afirma.

Disfressa d'Or 2013 / ©Rafael Ló—pez-MonnŽé

Pero como dicen las abuelas, que quiere lucir tiene que sufrir. En la onda de otras agrupaciones de la ciudad, Nou Ritme ha hecho una apuesta por la calidad, un esfuerzo que implica muchas horas de creación artística, preparativos y ensayos. En el caso de la comparsa liderada por Marc, destaca además la conseguida expresividad corporal de los bailarines, un resultado tras el cual hay muchísimas tardes de trabajo en el local. La sana –y la no tan sana– competitividad entre comparsas en busca del reconocimiento y los premios de la organización del Carnaval implica a miles de personas y está elevando el listón artístico y técnico de la celebración. Aunque la tradicional proyección que tiene la fiesta en otras ciudades, Pedraza afirma sin dudas: «Hoy por hoy nuestro Carnaval es por calidad uno de los tres más importantes del Estado«.

Disfressa d'Or 2013 / Rafael Ló—pez-MonnéŽ

De hecho, todo el mundo reconoce la espectacularidad creciente del Carnaval de Tarragona, en especial los multitudinarios desfiles del sábado y domingo, que convocan a miles de personas en las calles del centro, y la gran gala de la Disfressa d’Or (Disfraz de Oro), la vistosa exhibición de los reyes y reinas de las comparsas que cada año agota todas las localidades en el Palau de Congresos.

La fastuosidad de los actos, saraos y espectáculos del Carnaval en Tarragona atraen cada año más visitantes, un interés que va más allá del propio entorno de la ciudad, y que alimenta la autoexigencia de las comparsas. Sin embargo, el debate está abierto. Los defensores del espíritu satírico de la fiesta censuran la falta de contenido crítico, la superficialidad del lucimiento por lucimiento. Marc Pedraza destaca la buena convivencia entre las dos maneras de vivir estos días, y reivindica la «función social» del Carnaval más elegante. «Con el esfuerzo de todos estamos ofreciendo a la ciudad el más grande espectáculo que tiene Tarragona. Mucha gente lo pasa mal en plena crisis, y el Carnaval les ayuda a evadirse«. Conclusión: quien no es feliz es porque no quiere. ¡Y ya llegará la Cuaresma!

Más información en: www.tarragona.cat

Texto: Oriol Margalef (@OhMargalef a Twitter)
Fotografías: Rafael López-Monné (@lopezmonne a Twitter)

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