Gaetano Delfini, trompetista romano del grupo Ludi Scaenici: 'Roma ponía la música al servicio de la civilización'

Gaetano Delfini / ©Rafael L—ópez-MonnŽé

Las imágenes de Jimi Hendrix flambeando la guitarra en un concierto en Monterrey son un icono del rock’n’roll, un fenómeno cultural moderno. Ahora imaginad como debía ser la apoteosis, hace más de dos mil años, el día que centenares de músicos tiraron los instrumentos a la hoguera funeraria de Julio César. La música tenía en la Roma clásica una función ritual, y el sonido de trompetas, cítaras y flautas era omnipresente, del teatro popular a la guerra, pasando por todo tipo de pomposas ceremonias.

Ludi Scaenici / ©Rafael Ló—pez-MonnéŽ

Roma ponía la música al servicio de la civilización”. El trompetista romano Gaetano Delfini es un enamorado de la música de esa época. Junto a los estudiosos Daniele Ercoli, Roberto Stanco y Cristina Mainero forman Ludi Scaenici, una agrupación que es referencia mundial en la divulgación de la instrumentación romana, y que cada año pone banda sonora a Tarraco Viva.

Ludi Scaenici / Rafael Ló—pez-MonnéŽ

¿Qué serían los ‘Castells’ sin la gralla o Santa Tecla sin la Amparito? En la Roma clásica, la música –una tradición importada de Grecia, como el arte y la filosofía- también trascendía el placer auditivo y era hilo conductor de la vida pública. Los intérpretes adquirieron prestigio social, y despuntaban los virtuosos. El emperador Nerón era uno de ellos. Tenía una buena voz, tocaba la lira y la cítara, y participaba en juegos públicos.

Gaetano Delifini aprendió a tocar “por orgullo romano” el ‘cornu’, una trompeta semicircular en forma de G y de tres metros de longitud, que se utilizaba entre otras cosas para dar instrucciones en el fragor de la batalla. Escucharlo en harmonía con voces, tímpanos, platillos, arpas, tubas y flautas, el repertorio instrumental de Ludi Scaenici, pone la piel de gallina. “Lo vemos en la respuesta del público. La música tiene un gran poder evocador. Es como si un fresco romano cobrara vida”, explica.

No nos han llegado fragmentos musicales de aquella época, pero las excavaciones arqueológicas han permitido recuperar algunos instrumentos, y sobretodo, han desenterrado ilustraciones donde aparecen representados. Este material, junto con las descripciones de usos hechos por autores de época han permitido a Ludi Scaenici reconstruir los instrumentos y su sonido. Este es un patrimonio que va más allá del interés histórico, y que permite disfrutar de la música con óptica moderna.

La banda ha editado dos discos y ha colaborado con numerosos proyectos que entrelazan historia y vanguardia. Es el caso del montaje de danza “Arena”, con la coreógrafa tarraconense Arantxa Sagardoy. O su aparición más reciente en Tarraco Viva, el espectáculo “Bachanalia, el retorno de Bacus”, de la mano de Nemesis Arq, que conectaba los mitos romanos y la cultura del vino. Actualmente trabajan en un ambicioso proyecto financiado por la Unión Europea (European Music Archaeology Project – EMAP), que permitirá recuperar y hacer divulgación de instrumentos antiguos, en su caso, de época romana.

Ludi Scaenici / Rafael Ló—pez-MonnéŽ

A través de sus participaciones en Tarraco Viva, una relación que comenzó ya hace más de una década, Delfini se ha convertido en fan de Tarragona. Ha visitado la ciudad por Santa Tecla y Sant Magí, las bulliciosas festes majors, y comparte con el resto de miembros del grupo la pasión por los vinos y el paisaje del Priorat. “Aquí me siento como en casa. La vegetación, la gastronomía, la manera de vivir es muy parecida. Incluso más parecida a la Roma antigua que la Roma actual. Los catalanes tienen más de romano que nosotros”, asegura.

Texto: Oriol Margalef (@OhMargalef en Twitter)
Fotografías: Rafael López-Monné (@lopezmonne en Twitter)

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