Triste o vital; rural o urbano; acústico o eléctrico. El Blues (que significa «melancolía» o «tristeza» en inglés) es el género que más ha influido en el desarrollo de la música popular en el siglo XX, y uno de los movimientos estéticos y sociales más importantes de nuestro tiempo. Del África negra al Nuevo Mundo, de Luisiana a Chicago, y a través de las ondas de radio en los cinco continentes, la inspirada fusión de sonidos y ritmos tradicionales que derivó en el estándar Blue Note ha acabado conformando «un código de comunicación universal«, asegura Richard White. White, artista plástico y guitarrista estadounidense, dirige el Festival Internacional de Música Blues de Tarragona, un certamen para descubrir la belleza melancólica de la ciudad.
Tarragona, crisol de civilizaciones a lo largo de la Historia, es el mejor puerto para explicar la fusión de culturas en el Mediterráneo. Por otra parte, la música Blues plantea un viaje a las esencias de los Estados Unidos, el país más influyente del mundo. Son dos miradas a ambos lados del océano sobre la identidad del mundo contemporáneo que se yuxtaponen creando armonía en el Festival de Música Blues de Tarragona. Con una estructura sencilla, formada por 12 compases, «el blues permite penetrar muy adentro de la condición humana«, explica White. El estilo que hizo populares a B.B. King o Muddy Waters evoca estados de ánimo que conectan con el de millones de personas. También con el carácter nostálgico de una ciudad de pasado glorioso.
Nacido en el nordeste de Estados Unidos, en Filadelfia, Richard White sintió la pentatónica punzada del blues con seis años, en la escuela. Desde entonces se ha convertido en su pasión. Vivió en la ciudad cuna del género, Nueva Orleans, y tuvo ocasión de conocer en persona a leyendas como el productor Casimo Matassis, ingeniero del sonido blues que grabó a intérpretes como Fats Domino, Little Richard o Doctor John. «Son personajes capitales en la historia de la música, pero no viven de forma extravagante como suelen hacerlo las estrellas«, afirma.
Llegó a Tarragona por primera vez de rebote, en los años noventa, porque su hermano arqueólogo había conocido a su novia en la ciudad. «Lo recuerdo como un lugar tranquilo, demasiado tranquilo, y caótico al mismo tiempo. No se veían turistas, como ahora. Y todo estaba patas arriba porque se estaba haciendo la excavación del aparcamiento bajo la Plaça de la Font. Definitivamente, la primera vez no me gustó nada«, explica. Entonces Richard vivía en Deià, en el norte de Mallorca, y formaba parte de la nutrida comunidad artística local. No fue hasta principios de la década pasada, cuando después de haber movido de nuevo su domicilio a Filadelfia, Richard White decidió volver a Tarragona.
Esta vez era para quedarse. «Conocí a Pilar Delafuente, mi pareja. Entonces yo no tenía ni idea de la identidad catalana ni de la personalidad de la ciudad. Creía que España era todo sangría y toros. Pero Pilar es una mujer muy de Tarragona [hija de Daniel Delafuente, un periodista histórico del Diari], y a través suyo hice una inmersión rápida«, explica White, que se ha integrado en el círculo artístico de la Part Alta y forma parte de la Associació Tallers 03.
El blues se encuentra en fase emergente en Europa y Barcelona es una Meca del género. Aprovechando el renovado interés del público por este estilo musical, el Festival Internacional de Blues apuesta «por abrir nuevas puertas» en la ciudad. Con un programa modesto en medios, pero de mucha calidad, el certamen persigue un efecto parecido a la polinización. «Queremos que gente de fuera aporte cosas interesantes a la ciudad, y que a través de estas personas Tarragona también se proyecte fuera«, afirma White.
El festival, que este año tiene lugar entre los días 6 y 9 de noviembre, permite pasar por diversas variantes del mismo estilo. Desde los ritmos hawaianos de Pascal Mesnier, que actuará el sábado a las 20.30h en el Teatre Magatzem, al repertorio de raíces del jazzblues con el cual el jueves a las 20.00 horas abrirá el festival la Stromboli Jazz Band, en el Casino Tarragona. El propio White, miembro de Pig Fat, hará de telonero en solitario de Blas Picón and the Junk Express, el viernes a las 21.00 horas en el Café Metropol. El programa completo puede ser consultado en el Facebook del festival.
Texto: Oriol Margalef (@OhMargalef en Twitter)
Fotografías: Rafael López-Monné (@lopezmonne en Twitter)
