Arnau Micheo es uno de los monitores de TGNautica kayak y el responsable de administrarnos el bautismo en kayak. Nos recibe puntual en el Miracle y bien equipado: gorra, gafas de sol, camiseta térmica, bañador y calzado adecuado. Por el color de la piel constato que también existe el moreno kayak.
Como hay ganas de comenzar cuanto antes, le ayudamos a bajar y a transportar las embarcaciones del remolque a pie de playa y rápidamente entramos en materia. Las primeras indicaciones son para decirnos cómo colocarnos y comportarnos dentro del kayak, cómo manejar las palas (no remos, subraya), cómo palear, cómo embarcar y desembarcar… La atención y el silencio general revelan que será la primera vez para la gran mayoría. A continuación, cerramos las bolsas estancas con el desayuno y la toalla y nos lanzamos a mar abierto con la ayuda de Arnau.
Entramos con torpeza y nervios, pero nadie nace enseñado. Además, todos llegamos a las primeras boyas. Poco a poco nos vamos familiarizando con el kayak y la pala, muy lejos sin embargo del estilo que marcaba el conejito de Duracell. La excursión nos lleva a bordear la costa, vemos la estatua de Sant Magí (patrón de la ciudad) y la boca de la cueva que guarda su imagen y que cada año submarinistas recuperan por la fiesta mayor pequeña. Y como aquel que no quiere la cosa, llegamos hasta la Arrabassada donde hacemos una parada técnica. Pronto comprobamos que el desembarco es más complicado que la maniobra de embarcar, por lo menos, en este caso. Las olas nos aceleran los kayaks y aún no tenemos asimilada la técnica para frenar.
Suerte que la mañana es agradable y el mar, liso. Así es más fácil. Me habían dicho que palear con mar de fondo y el viento en contra era harto complicado. Pero las condiciones con las que nos hemos encontrado son inmejorables. Así, las horas pasan volando y cuando termina la formación todos tenemos ganas de repetir. Tal y como nos habían prometido, hay una segunda parte.
Nos rencontramos con Arnau al cabo de una semana, en La Móra. En esta ocasión, y como somos unos cuantos más, lo acompaña otro monitor, Gerard. Algunos automatismos ya funcionan y en esta ocasión todo el mundo sale con más confianza. Arnau nos guía y nos manda recorrer la costa en dirección a Tarragona. Las vistas desde el mar son impresionantes y palear en este marco, sin prisas ni preocupaciones, nos relaja. En un momento del recorrido, y antes de llegar a la altura de la Cala Fonda (o Waikiki), entramos en una pequeña cueva que hace unos años había sido una batea natural. Hoy, sin embargo, ya no queda ni rastro de los mejillones. Lo único que se ven incrustados en las rocas son unos cuantos tomates de mar, no aptos para mojar el pan. A la altura de Cala Fonda giramos y volvemos en dirección a la playa del Castell de Tamarit. Desde el kayak vemos la gente que recorre el camino de ronda, que baja a bañarse a las diferentes calas, que tira la caña y pesca, que hace deporte…
La llegada de una docena de kayaks en la pequeña cala del castillo de Tamarit no pasa desapercibida, y algunos de los que tomaban el sol tranquilamente se animan a preguntar por las excursiones de TGNnautica kayac. Futuros clientes. La empresa hace salidas en grupos de La Móra a Tamarit, por Tarragona, el Cap Salou, de la Ametlla de Mar a la Ampolla, entre otras.
Texto: Ivan Rodon i Tenas (@irodon)
Fotografías: Arnau Micheo y Ivan Rodon
Información de servicios
Teléfono: 618 218 070
Correo electrónico: kayak@tgnautica.com
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