David Trueba, escritor, periodista, guionista y director de cine: “Somos pasado, somos presente, somos futuro”

David Trueba, fotografiat al pati’ del palau del Cambrer de la Seu o casa Balcells, a Tarragona. / ©Rafael López Monné
David Trueba, fotografiat al pati’ del palau del Cambrer de la Seu o casa Balcells. / ©Rafael López Monné

«Somos pasado, somos presente, somos futuro…«. Desde la grada del anfiteatro, David Trueba contempla soñador el vuelo de los estorninos que cubren el cielo al atardecer. Es el grito de generaciones que se eleva desde el foso y reivindica la memoria de tiempos pasados ​​en la ciudad.

Trueba, creador polifacético, visita Tarragona para presentar su última novela, «Blitz» (Anagrama, 2015), una narración breve y vibrante donde el paso del tiempo es trascendente. La acción transcurre en Munich, una ciudad que pone en valor la Historia y donde el simbolismo pretérito forma parte del día a día de la gente. «Al igual que ocurre en Tarragona«, destaca el escritor y director de cine. Antes de presentar el libro, el autor se detiene en el anfiteatro y contempla las gradas y al fondo, el mar. Le acompañan responsables de Tarragona Turismo y la Tarragona Film Office, una oficina creada por el Ayuntamiento para promover la localización de producciones audiovisuales.

El edificio romano, antiguo teatro de representación de la vida pública en Tarraco, inspira al David Trueba más visionario. Aflora la sensibilidad consciente de que el madrileño ha sabido imprimir a su obra, y con el que ha obtenido reconocimiento tanto en el cine como en sus novelas. «La relación tan intensa entre la Antigüedad y la modernidad que se percibe en Tarragona es la expresión perfecta de cómo la experiencia humana se construye a base de capas, una debajo de la otra. A veces el presente nos nubla, sin embargo, si cogemos más perspectiva, encontraríamos muchas generaciones como la nuestra que han vivido su momento y han encontrado la luz«, reflexiona.

David Trueba no conoce Tarraco Viva, aunque su manera de interpretar lo que pasa en el mundo coincide con los postulados del festival romano de Tarragona conocer el pasado para analizar el presente. Lo que no escapa al director madrileño son las prestaciones que ofrece la ciudad como plató de cine. En el año 2002, el más pequeño de los hermanos Trueba ya filmó el puerto una escena de «Soldados de Salamina«, película que terminaría siendo elegida como representante española en la carrera de los Premios Oscar.

Las horas de sol y la luz de Tarragona han atraído a numerosos equipos de filmación en los últimos años. Pero aquel sábado de abril en que Trueba vino a trabajar a la ciudad el cielo no sólo estaba tapado, sino que llovía. Su recuerdo de ese día es preciso, como su talento para conectar con el público narrando historias cargadas de humanidad. «Emilio Ruiz del Río hizo una maqueta de un barco y rodamos mientras zarpaba del puerto, que representaba el de Barcelona. Todo el mundo se quejaba porque llovía menos yo, que es lo que quería«, rememora.

Sus últimos proyectos han tenido el apoyo unánime de la crítica y las ventas, pero queda claro que lo que interesa a Trueba no le hace comulgar con la mayoría. El madrileño rehuye las aglomeraciones, y disfruta más de la playa en invierno que en verano. Desde pequeño ha abonado los placeres inteligentes, como escuchar música, ir al cine o leer mucho, aficiones que han despertado su curiosidad intelectual y enriquecido su espíritu creativo e inconformista.

Ahora, sin embargo, no ve el final de sus proyectos, y no tiene tiempo para vacaciones, pero cada año comparte unos días de relax con su familia en Cantabria. De hecho, muchas de las historias originales que aparecen como un sello en sus guiones y novelas, se inspiran en experiencias vividas en primera persona o que se han destilado a su círculo íntimo. El chico que huye de casa en la multipremiada «Vivir es fácil con los ojos cerrados» (ganadora del Goya 2013 al mejor guión original, la mejor película y el mejor director) se inspira en realidad en el pulso que planteó de adolescente uno de sus hermanos, que también huyó de casa para no cortarse el pelo.

Trueba pasa revista a la Part Alta (el casco viejo). Pisa historia, como dice él, se interesa por la forma de vivir de los tarraconenses, y tiene la ocasión de entrar en el patio del Palacio de la Cambrería, el magnífico edificio gótico adosado a la Catedral. «Vivid en una ciudad bonita y me encanta que la defendéis con orgullo. Vendré a rodar algún día«, termina concediendo, más tarde, al numeroso público que ha convocado la presentación del libro.

Texto: Oriol Margalef (@OhMargalef en Twitter)
Fotografía: Rafael López-Monné (@lopezmonne en Twitter)

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