El encanto del camping Tamarit Park

Rodeados de una gran calma, Nacho Múria y familia comparten un frugal desayuno bajo un pinar en el camping Tamarit Park.

De fondo, a sólo unos metros, la playa.

Y detrás suyo, la caravana donde duermen.

No necesitan mucho más.

Incluso los chicos dejan gustosamente aparcada la Play estos días de vacaciones.

Hace treinta que años que el camping hace feliz esta familia de Gavà.

«Aquí hemos vivido muy buenos momentos. Si no existiera, lo echaríamos de menos «, dice Nacho.

Nacho y su familia en el camping tamarit Park


Cientos de personas hormiguean día y noche en Tamarit, y a pesar de la multitud hay reglas no escritas que hacen del camping una actividad relajante.

Cuando Nacho conoció a su pareja y le explicó cuál era su idea de las vacaciones ideales, a Eva Ragull le dio un vuelco el estómago.

«Yo conocía algún otro lugar, cerca de Barcelona, y allí la gente no tenía ningún respeto por el descanso de los demás. Aquí las cosas son muy diferentes«, afirma Eva, convencida.


La vida del campista

Dormir, bañarse, leer, cocinar o en la mesa con los amigos…

Hay momentos para todo en la vida del campista, y la mayoría son al aire libre.

A pesar de todo, todo transcurre en una atmósfera de quietud sorprendente, un ritmo pausado que pone por delante la necesidad compartida de relajarse y dejar aparcado la desazón del día a día.

La cosa pinta bien, mucho mejor desde dentro que desde fuera.

Si bien la vida en chanclas requiere a menudo iniciación.

«Aquí no vale venir y pensar en hacer cosas continuamente. Algún amigo ha venido con una idea equivocada, pero quien sabe dominar el estrés se le pasa rápidamente. Y la mayoría repite«, asegura Nacho.

Las instalaciones son cómodas, la ropa también.

La gente es amable.

Los vecinos se conocen la mayoría de hace muchos años, hacen piña.

Son como una gran familia bien avenida, de asado permanente. Incluso los trabajadores, que no paran, parece que estén de vacaciones.

El hijo mayor, Nacho, que conoció a su novia en el camping, dice que este año ha cumplido su «sueño«.

Con diecinueve años dará una mano a los grupos de animación, en la discoteca…

Mientras dure el buen tiempo, la rutina diaria del Nacho pequeño y sus amigos incluirá dormir mucho, levantarse tarde, la playa y la fiesta…

Afirma que le gustaría vivir en el camping, y no es extraño. Pasará las vacaciones ideales para todos de su edad… «Y cerquita de los padres«, matiza Eva.

En septiembre ni se le espera.


El más pequeño de la casa y el camping Tamarit Park

Tampoco a Pau, de once años, que quizás es el más fan del camping de toda la familia.

Recién nacido, con solo nueve días, Pau ya conoció la caravana.

Se pasa el día corriendo arriba y abajo, en remojo o haciendo la fotosíntesis.

Dice que cuando está en casa, en Gavà, juega a la Play «por aburrimiento«. «Si algún día no pudiéramos venir creo que me enfadaría mucho«, avisa a los padres. Nacho y Eva también se enfadarían.

¿Qué es la comodidad en vacaciones? ¿Un apartamento con sofá y portero automático?

Para Eva el secreto de la felicidad es prescindir de todo lo superfluo, como la televisión.

«Volvemos de vacaciones, en el trabajo, y a veces no nos hemos enterado de cosas grandes que han pasado«, reconoce.

¿Han visto los rostros de preocupación que tenemos todos en la foto? Bien mirado, según cómo y según para qué… ¡Bendita sea para siempre la ignorancia!

¡Os animamos a disfrutar de los campings durante vacaciones!

Texto: Oriol Margalef (@OhMargalef)
Fotografía: Rafael López-Monné (@lopezmonne)

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