La Tarragona más personal de Gustau Alegret, entre las catedrales arquitectónicas y humanas, y el Balcón del Mediterráneo

Gustau Alegret / ©Pere Toda-Vilaniu Comunicació

La catedral, en el vocabulario casteller, representa el cinco de vuit (cinco de ocho, construcción de ocho pisos de altura por cinco de base), hasta hace poco uno de los castells (castillos o torres humanas) con una base más sólida, y que se estructura de forma compuesta por un tres y un dos. En el arte efímero de levantar y construir castillos, pues, la ejecución del cinco evoca desde hace siglos la construcción de una catedral, seguramente por la magnificencia y complejidad de la arquitectura humana. Gustau Alegret, periodista tarraconense que actualmente vive en Washington, donde trabaja de corresponsal para RAC1 y la NTN24, ha elegido la Catedral de Tarragona y el monumento a los castillos de la Rambla Nova como dos de sus lugares favoritos en la ciudad. Alegret, que a pesar de la lejanía mantiene los vínculos con la ciudad y, entre otras cosas, escribe periódicamente en el Diari de Tarragona, es el personaje escogido este mes de febrero para mostrarnos #lamevatarragona, su Tarragona más íntima y personal.

Quedamos con Gustau al Pla de la Seu alrededor de Navidad, donde regresó para vivir las fiestas con la familia. La mañana es espectacular, con un sol que luce radiante haciendo bueno el dicho de que Tarragona es la ciudad de la eterna primavera. Puntual y cumplidor, Gustau viene con los deberes hechos y nos enseña las tres fotos que acaba de hacer de su Tarragona más particular.

Monument als castells / ©Gustau Alegret

Subiendo por la Rambla Nova se detuvo ante el monumento a los castells y capturó varias imágenes con el móvil. «Si Tarragona tiene alguna tradición propia que me gusta contar cuando viajo, son los castellers, por lo que simbolizan: de piña, de unidad, de construcción, y me atrevería a decir de construcción de país; de un país que quiere crecer y despegar y ser visto como eso, como una unidad de país, como un pueblo orgulloso de sí mismo que se construye con esfuerzo, tenacidad y teniendo en cuenta la colectividad y la comunidad por encima del individualismo«.

BalcóMediterrani

Continuando Rambla Nova arriba, Gustau Alegret ha aprovechado la tradición de ir a tocar ferro (tocar hierro, el de la barandilla del Balcón del Mediterráneo) para volver a sacar el móvil y disparar nuevas fotografías. «Los romanos eran muy listos y supieron ubicar Tarragona en uno de los lugares donde la luz tiene una magia especial«, dice. El Balcón del Mediterráneo es, seguramente, el lugar de la ciudad donde es más visible esta posición estratégica de Tarragona, mirando el mar, con un Mediterráneo tranquilo y calmado. «El hecho de venir a tocar ferro me transporta a cuando era pequeño y mi padre me llevaba a comer un helado a la Rambla Nova. Era una tradición. Paseábamos hasta el Balcón para ver los barcos y contemplar una perspectiva única«.

Catedral de Tarragona / ©Gustau Alegret

El círculo virtuoso de la Tarragona de Alegret se cierra el Pla de la Seu, donde nos hemos encontrado. Sentados en las escaleras, el periodista afirma que «si hay una catedral en el mundo que es parte de mi vida, esta es la de Tarragona. Una Catedral con la que aprendí la transición del románico al gótico. Una catedral inacabada pero que tiene un gran simbolismo y que esconde una historia profunda, no sólo de Cataluña, no sólo de la Península Ibérica, sino de Europa«. Más allá de la belleza, también hay una parte más mística, más introspectiva. «Pasear por el interior de la Catedral, me da mucha paz y me trae muchos recuerdos. Para mí, el rosetón que hay en la fachada principal es una mirada bucólica. Hay una esencia religiosa que reencuentro cada vez que entro y paseo por las capillas laterales«.

Texto: Ivan Rodon (@irodon en Twitter)
Fotografía: Pere Toda
Vídeo: Artur Santos (@artur_1983 en Twitter)

En marzo, #lamevatarragona nos llegará de la mano de Juanjo Fuster, fotógrafo y uno de los principales instagramers que hay en Cataluña y en España.

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