Fue comiendo calçots. Reunidos alrededor de una mesa, con la cara sucia y los dedos pringosos, Mireia Esplugas se dio cuenta de que aquel grupo de colegas suyos, doctores especialistas franceses, recordarían siempre aquel momento, y que Tarragona podía, debía ser la sede del próximo Congreso de la Sociedad Española de Cirugía de la Mano. Antes del verano, Esplugas defendió la candidatura ante rivales de gran entidad como Barcelona y Las Palmas, y al final se salió con la suya: el Palacio de Congresos de Tarragona será la sede del encuentro que tendrá lugar en 2019. Durante tres días, la ciudad reunirá a medio millar de especialistas en cirugía de la mano, un público prescriptor, que más allá del debate profesional, valora las experiencias de allí donde va.
“Tarragona es una ciudad de medida humana, bien comunicada, con carácter propio y buen clima. Vivimos en un lugar de primera, de gran potencial, pero nos falta el orgullo que tienen otros lugares para venderse… Yo estoy convencida de que el mundo se mueve con pequeños empujones, y que todos, cada uno a su nivel, tenemos posibilidades de hacer cosas en positivo, que reviertan en más gente”. Cuando hablamos con Mireia Esplugas, rápidamente nos damos cuenta de que el título de embajadora se le queda corto.
Mujer activísima, Esplugas pone los cinco sentidos en todo lo que hace. La misma pasión con la que quiere Tarragona, la ciudad donde se estableció hace 13 años, da sentido a todo aquello con que se siente realizada, que es mucho. Más allá de la consulta en cirugía de la mano, especialidad en la que es referente a nivel estatal y a la que dedica muchas horas, realiza investigación científica, corre carreras, canta góspel, y todavía tiene cuerda para la familia e ir a buscar setas, entre otras cosas. La doctora Esplugas hace muchas acrobacias en la vida, y no es en sentido figurado, ya que también forma parte del grupo de Falcons de Castellcir, una disciplina gimnástica-deportiva que consiste en hacer construcciones humanas, una especie de castells en horizontal.
Las figuras con falcons requieren equilibrio y precisión, como las manos de un cirujano. Como las suyas. Como las de los cinco cirujanos especialistas del mismo sector, residentes en Tarragona, que se han implicado en la organización del congreso cuando quedan aún cuatro años para ver la luz. “Las cosas deben hacerse bien. Por eso estamos aquí. Mi implicación es profesional, pero también personal. Vendrá mucha gente a la que conozco, de aquí y del extranjero. Será un punto de encuentro entre generaciones dentro de una especialidad, y quiero que los que vengan encuentren el Congreso provechoso no solo como experiencia profesional, sino que se lleven vivencias en positivo. Trabajando la excelencia del congreso, explicamos la calidad del territorio que lo acoge”, explica.
La doctora Esplugas ha asistido los últimos veinte años a una docena de congresos de especialidad en los dos lados del Atlántico. “Tengo un archivo abierto donde apunto cosas, y tengo claro lo que me gusta y lo que no. El programa científico tiene que ser de calidad siempre. Son las partes de organización, la logística y las actividades programadas las que marcan la diferencia. En Tarragona tenemos recursos para enriquecer a nuestros visitantes: tenemos entorno, tenemos historia y tenemos castells. Nuestros colegas tiene que irse con ganas de contar cosas”, afirma.
Tarragona Convention Bureau, departamento que se encarga de promover la ciudad como destino de eventos, presta soporte técnico a la organización. El turismo de congresos, muy rentable para las ciudades de acogida, vivió un ‘boom’ espectacular en la década pasada pero ha notado una fuerte caída durante la crisis. En España hay actualmente más de 90 palacios especialmente diseñados para estas funciones, la mayoría con entre 10 y 15 años de antigüedad, y la oferta supera de largo la escasa demanda actual de eventos. A pesar de que se celebren menos, la atracción de congresos es una objetivo estratégico en el que el Ayuntamiento quiere implicar a los colectivos profesionales. “No podemos esperar que las instituciones hagan toda la promoción. Tenemos que ser proactivos. La proyección de la ciudad está en nuestras manos”, sentencia.
Text: Oriol Margalef (@OhMargalef en Twitter)
Fotografia: Rafael López-Monné (@lopezmonne en Twitter)
